Análisis: Derechos Torcidos de Hugo Midón

Derechos Torcidos es un musical conceptual de Hugo Midón y Carlos Gianni sobre los derechos de la niñez y Tomás Caia hace un análisis

Derechos Torcidos

Tomás Caia analiza Derechos Torcidos que reestrena hoy y fue uno de los que nos pidieron analizar.
¿Cuál querés que sea el siguiente?

Transcripción Análisis Derechos Torcidos

“Derechos torcidos” es un musical conceptual de Hugo Midón y Carlos Gianni sobre los derechos de la niñez. Las primeras líneas son “Yo hago mucho con poco / No me apabulla la escasez”. Midón y Gianni traen la magia del teatro. Que es la de hacer mucho con poco, la de representar el todo con lo particular. Gianni lo hace incluyendo diferentes estilos musicales que nos hablan de nuestra vasta cultura como país. Midón a través de mostrar la realidad a través de los vínculos de unos chicos dentro de un centro comunitario.

Este lugar o lugarcito es todo lo que vemos. Pero lo genial es que no es un lugar aislado del mundo. Como muestra el sonido del paso del tren a lo largo de la obra. No es una infancia idealizada, no se subestima a los chicos. Al contrario, están inmersos en las mismas problemáticas que los adultos. Un ejemplo es la escena en la que llega un nuevo chico, Gallito, que quiere caerles bien a los demás. Entonces les ofrece ayuda en las tareas que están haciendo.

Por prejuicio (“Tenés las manos sucias”), por indiferencia, por orgullo, por temor a que lo haga mal, por falta de paciencia, lo van rechazando.Los chicos como espejo de conflictos de la sociedad con la que están en contacto.

Sin embargo, el personaje de Pocho es un nexo para que los vínculos sean diferentes en el lugarcito. Cuando Gallito llega, él le da “su luz”: “GALLITO: ¿Cada uno tiene su luz? (…) ¿Y la puedo prender y apagar cuando quiera? POCHO: Por supuesto… ¡Es tu luz!”. Pocho ayuda a poner en evidencia esa luz, pero para que pueda brillar tiene que estar garantizado lo más básico, y a nosotros como espectadores nos permite revalorizar lo que tenemos: por ejemplo, Pocho encuentra la forma de intercambiar los abrigos donados o de hacerles un dobladillo para que todos estén protegidos del frío y cantan: “Qué alegría da tener un buen abrigo”.

También nos enseña que no es tarea fácil garantizar lo básico a través del trabajo en la huerta: dice Pocho “¡A los bichos no les importa si vos la plantaste, la regaste, la tapaste de las heladas, le sacaste los yuyos… Ellos vienen y se comen todo!”. A su vez, la obra llama a que lo básico no sea lo mínimo, sino a buscar lo mejor para las infancias: los personajes cantan “La escuela puede ser un lugar Donde todo lo puedo encontrar Si me dejan Buscar” y van disfrazados a la clase pero se ríen de ellos.

Aparece el arte como algo contrapuesto al mundo de las reglas, pero la libertad y la imaginación emergen como la clave para trasformar a la escuela en “un lugar para soñar”. El teatro figura como gran impulsor de esas cualidades cuando los personajes van a ver “Huesito Caracú”, porque Midón trabajó mucho su multiverso, como se diría ahora.

La canción “Derechos torcidos” habla del concepto de “lo mismo” mezclando con genialidad lo literal (“Miramos la misma luna”, “Tenemos las mismas leyes”) con lo que nos une simbólicamente (“Tenemos la misma risa”, “Sufrimos la misma tos”), mostrando que todos pasamos por las mismas experiencias y necesitamos que se nos garanticen los mismos derechos. Como dice la última canción, habiendo “lugar para todos” en el mundo, no nos acostumbremos a que haya niñas y niños que no tengan su lugarcito. La identidad aparece en el anhelo de ser llamados por su nombre y su apellido y compartir su luz.

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