Murió Ernesto Acher, el Recordado Ex Les Luthiers

En la tarde del viernes 12 falleció Ernesto Acher, uno de los artistas más singulares de la escena musical argentina. Tenía 86 años y una trayectoria que combinó, con inteligencia y sensibilidad, la música académica, el humor y la divulgación cultural.

Nacido en Buenos Aires el 9 de octubre de 1939, Acher construyó un perfil artístico poco frecuente. Fue músico, compositor, arreglador, docente y comunicador, siempre atravesado por una curiosidad constante y una mirada lúdica sobre el arte.

Ernesto Acher: Su huella en Les Luthiers

Uno de los capítulos centrales de su carrera fue su paso por Les Luthiers, grupo al que integró durante 15 años. Allí aportó no solo composiciones e instrumentos informales, sino también una fuerte impronta actoral y humorística.

Participó en piezas emblemáticas del repertorio, como La gallinita dijo Eureka, donde desplegó su histrionismo, y también en la Cantata del Adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras. Su versatilidad le permitía moverse con naturalidad entre personajes ingenuos y conquistadores exagerados.

Aunque su formación musical fue sólida desde joven, su camino no fue lineal. Como varios integrantes del grupo, tuvo una etapa universitaria ajena a la música: se recibió de arquitecto en 1965 y ejerció durante algunos años antes de dedicarse de lleno al arte.

Después de Les Luthiers: dirección y nuevos proyectos

Tras dejar Les Luthiers en 1986, Acher orientó su trabajo hacia la dirección orquestal y la orquestación. Fue muy recordado por sus espectáculos dedicados a George Gershwin, creados junto a Baby López Furst y Jorge Navarro.

Entre 1988 y 1993 lideró La Banda Elástica, un proyecto que mezclaba música popular, humor y libertad interpretativa. El grupo se permitió “todas las atribuciones lícitas” sobre el repertorio, siempre con un alto nivel musical y un marcado espíritu teatral.

También tuvo incursiones en la llamada “música seria”. En 1980 estrenó Molloy en el Teatro Colón, confirmando que su talento podía habitar tanto escenarios académicos como espacios más informales.

Chile, la docencia y la radio

En 2002 se radicó en Chile, donde desarrolló una intensa actividad artística y se desempeñó como profesor universitario. En 2016 regresó a la Argentina y, un año después, comenzó un nuevo vínculo con el público desde la radio.

Durante varias temporadas condujo Los rincones de Acher en Radio Nacional Clásica, un ciclo semanal donde combinaba música, reflexión y divulgación. También fue una presencia habitual en escenarios porteños como Clásica y Moderna.

En entrevistas retrospectivas, Acher se definía como alguien que nunca se quedaba quieto. “Me gusta sentir el vientito en la cara cuando me muevo”, decía, sintetizando una filosofía de vida basada en la curiosidad permanente.

Creatividad, preguntas y legado

Lejos de ofrecer recetas cerradas, Acher entendía la creatividad como un músculo que debía entrenarse. Para pensar un espectáculo, confesaba, se sentaba imaginariamente en la platea y se preguntaba qué le gustaría ver como espectador.

Ya con el paso del tiempo, dejaba mensajes claros para las nuevas generaciones. Invitaba a desconfiar del fanatismo, a no “comprarse barato con espejitos de colores” y a valorar las preguntas por encima de las respuestas.

Con su muerte, se va un artista irrepetible, pero queda una obra que sigue dialogando con el humor, la música y la inteligencia. Ernesto Acher hizo del movimiento una forma de vida y del arte, un espacio de libertad.

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